
Escuela Agosto Alvarez
- 21/11/2011 15:48
- Categoría: Noticias
- Localização: Aguas Dulces

En el año 1961, un día de temporal increíble, en una de esas surestadas, que los que vivimos al lado del mar hemos visto mas de una vez, naufragó frente a la costa de Aguas Dulces, un barco llamado Francisco Rocco.
Venia cargado de madera y con dieciséis tripulantes a bordo, todos ellos de nacionalidad argentina.
Encalló pasando los últimos ranchos, que dan para el lado deLa Esmeralda y en poco rato ya estaban reunidos todos los vecinos del pueblo, mirando sin saber que hacer
Mi abuela siempre me contó que el mar estaba furioso y que en la rompiente se veían cientos de tablas que flotaban en todas direcciones, chocando entre si, impulsadas por los remolinos del mar.
Pero para no alargar la historia, lo que sucedió fue que Agosto Alvarez, que era el “milico” del pueblo, como se decía antes, arriesgando su vida, salvó a los dieciséis náufragos, nadando entre las maderas y sacándolos uno a uno , hasta la orilla.
Lo llevaron a Buenos Aires donde se le hizo un homenaje y lo nombraron héroe, entregándole en esa ceremonia, una medalla. Le dijeron que pidiera lo que quisiera, que lo querían recompensar por su valentía, a lo que pidió “una cocina a volcán, pala Mama”…
Creo, sin error a equivocarme, que esta anécdota, habla de la grandeza, sencillez y humildad, de un hombre de nuestro pueblo, que llegó a viejo viviendo en una austeridad que rayaba con la pobreza.
El ultimo recuerdo que tengo de el, es en el trébol de Castillos: viejo, grandote, flaco, con unas manos gigantes, que impresionaban por la artrosis que tenía, “haciendo dedo” para ir al Chuy a “bagayear”, para hacerse unos pesitos.
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Nota: María José Gonzalez
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